¿Quién soy?

¡Hola, alma bonita!  

Soy Sara, una mamá orgullosa de una pequeña angelito que me enseña algo nuevo cada día, y también comparto mi vida con mis adorables compañeros felinos.

Desde hace un tiempo, he descubierto que mi misión de vida es ayudar a los demás, y esta conclusión ha surgido a raíz de las experiencias que he vivido a lo largo de mis  42 años.

He enfrentado dos duelos humanos significativos:

El primero fue de mi segunda mamá, quien padecía una enfermedad neurológica degenerativa. Aprendí de ella el verdadero significado del respeto y el amor hacia quienes nos han cuidado toda la vida.

El segundo duelo fue la despedida de mi madre, mi mejor amiga y una fuente constante de inspiración y fortaleza. Ambas me enseñaron la importancia de ayudar a los demás, y por eso les agradezco profundamente.

Es realmente conmovedor recordar mi historia sobre Rayo (Sylber). La conexión que se forma con nuestros animales es única y profunda, y es comprensible que su partida haya dejado un vacío en mi vida. El duelo animal es una experiencia muy real y a menudo subestimada, ya que nuestros animales son parte de la familia.

Gracias a Rayo, llegó a nuestra vida Vanity Fair, una hermosa gata birmana. Pasé largas horas cepillando su precioso pelaje, y su compañía me llenaba de felicidad. En septiembre se cumplirá dos años desde que le di su último beso.

 Aunque su partida fue dolorosa, pude transitar el duelo con más calma, ya que contaba con herramientas para acompañarla en su despedida.

Mi formación como Técnico en Atención a Personas Dependientes me ha brindado herramientas valiosas para entender y manejar el duelo, no solo en el contexto humano, sino también en el de nuestras queridos angelitos de cuatro patas.

Mi amor por los animales me llevó a formarme como Auxiliar Técnico Veterinaria y a realizar varios cursos sobre felinos, con el objetivo de atenderlos de la mejor manera posible. Estas experiencias me impulsaron a convertirme en Acompañante especializada en Duelo Animal. Conozco de primera mano la desolación que se siente en esos momentos y la incomprensión que a menudo enfrentamos al hablar del duelo por nuestros compañeros peludos.

Una vez que sané el dolor desgarrador que sentí, aprendí a honrarlos desde el amor y no desde el sufrimiento.

Ahora, estoy aquí para brindarte el apoyo que yo no tuve en su momento. Mis compañeros de vida peludos llegan a nuestras vidas para enseñarnos algo invaluable: el amor incondicional.

Mi objetivo es ofrecerte apoyo desde el amor y la empatía en este proceso, que sé que puede ser uno de los más difíciles de tu vida. Estoy aquí para acompañarte en este camino.